Recuerdo en mi infancia quedarme sentado frente al televisor viendo esas mágicas películas de Sábado de SuperAcción; entre las cuáles sobresalían las de terror “clase B”, donde Christopher Lee era Drácula o Vincent Price momificaba personas en su Museo de Cera. Lamentablemente muchos años han pasado y ya no contamos con esos actores o directores, ahora en lugar de Roger Corman esta Alejandro Amenabar y en vez de Peter Cushing aparece Nicole Kidman. La película en cuestión, es una producción de Tom Cruise filmada en España, aunque pareciera más de origen Iraní por su lentitud y pesadez. Amenabar se convierte en un gran ladrón, desde el guión profanado de Sexto Sentido a la música de su autoría, que como la dirección carece de sentido alguno. Parece que este lamentable director acostumbrado a filmar sin presupuesto alguno, se olvida que puede utilizar un arsenal de efectos especiales, y se termina contentando con utilizar algún ruido estúpido o una puerta que se cierra. Por otro lado se encuentra Nicole Kidman, que no contenta con haber perforado nuestros tímpanos en Mouline Rouge, ahora quiere mantener un acento inglés incomprensible, mientras pone cara de susto durante casi dos interminables horas. Por último cabe señalar que ni siquiera la locación donde fue filmada sale airosa, ya que por más que se tratara de ocultar con luces tenues, salta a la vista que se trata de uno de los peores decorados realizados en esta, cada vez más decadente, industria cinematográfica.
Por Arnaldo Cocota
No hay comentarios:
Publicar un comentario